Nacar

Propiedades del nácar

El nácar es un mineral biosintetizado por ciertas variedades de moluscos para cubrir el interior de sus conchas. El nácar está compuesto esencialmente por microcristales de aragonito, que por sí solos representan alrededor del 85% del material que lo compone. El resto de la composición se divide entre una proteína llamada conchyoline (13%), que sirve como un poco de cemento para unir los cristales de aragonito, y el agua, que representa sólo el 3% de la composición de nácar.

El color de la nácar no se debe realmente a un pigmento en particular, sino a la superposición de capas de materiales cuyo índice de refracción varía de una capa a otra. Como resultado, el color se determina por la posición del observador y el ángulo de incidencia de la luz en la superficie de la nácar. Algunas variedades de nácar pueden tener reflejos amarillos o morados, esto se debe principalmente a la presencia de ciertos pigmentos en las proteínas de la conchyoline. La nácar tiene una densidad de 2,95, su dureza está en el rango de 3,5 a 4 en la escala de Mohs.

La nácar más preciosa y preciada, conocida como "nácar franco", se encuentra en los mares y aguas territoriales de Australia, Filipinas, Indonesia, las costas de algunos países africanos como Djibouti y Madagascar, y en las costas occidentales de la India y en el Mar Arábigo.

Nacar

Historia del nácar

Etimológicamente, el término nácar proviene de la palabra árabe "naqqarah". Este material ha sido y sigue siendo objeto de una pasión particular por su belleza y refinamiento. Varias grandes civilizaciones han conocido y utilizado el nácar para varios propósitos, incluyendo la fabricación de herramientas, contenedores o joyas, o incluso implantes dentales, como lo hacían los mayas.

Desde China hasta la antigua Roma, pasando por Persia, Mesopotamia, Egipto, Grecia, las grandes culturas del mundo antiguo han utilizado y apreciado el nácar, que en algunos casos se utilizaba como moneda.

Desde la Edad Media en adelante, el nácar adquirió un simbolismo religioso entre los cristianos, y a menudo se asoció con la Virgen María por su blancura y pureza. Algunas grandes conchas se utilizaban incluso como pila bautismal o eran consideradas símbolos religiosos, como la concha de vieira que simbolizaba la peregrinación a Santiago de Compostela.

Hoy en día, el nácar tiene muchos usos. Desde la joyería y la ebanistería hasta la creación de accesorios de moda, el hombre ha hecho tantas maravillas de la artesanía utilizando este noble y único material que es el nácar.

 

Beneficios del nácar


El nácar es ahora objeto de extensos estudios médicos por su capacidad para regenerar los huesos y su uso potencial en la cirugía reconstructiva. La litoterapia también reconoce varias virtudes del nácar, que serían beneficiosas para proteger y estimular todo el sistema digestivo. También está indicado para combatir la gripe, la fiebre, las enfermedades oculares y las carencias de calcio.

Emocional y espiritualmente, el nácar actúa como un elemento calmante. Disiparía los cambios de humor, la ira, la ansiedad y todos los estados emocionales excesivos que pueden afectar la vida diaria.

Piedra de intuición y apertura de la mente, purificaría el aura y facilitaría el acceso al cuerpo astral. El nácar promovería la circulación de las energías en el cuerpo y permitiría que la mente se concentrara para facilitar el acceso a la sabiduría. También sería particularmente favorable para el chakra del plexo solar y el chakra frontal.

Los signos astrológicos del nácar son los de Cáncer, Virgo, Géminis, Capricornio y Piscis.

Para purificar la nácar, basta con sumergirla en agua destilada con sal. Para recargarlo, los rayos solares o lunares deberían restablecer rápidamente toda su potencia y beneficios.

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