Chiastolita
Propiedades de la Chiastolita
Propiedades de la Chiastolita
La chiastolita es una variedad de andalucita, un mineral del grupo de los silicatos. Su fórmula química es Al₂SiO₅.
Esta piedra contiene inclusiones de carbono o arcilla de color oscuro, que suelen formar una cruz en su sección transversal, característica que le da su nombre. Sus colores varían entre gris, rosa, amarillo y marrón. Su sistema cristalino es ortorrómbico, presenta una raya blanca, un brillo vítreo o graso mate y una densidad de 3,12 a 3,16. Tiene una dureza de 6,5 a 7,5 en la escala de Mohs.
Los principales depósitos de chiastolita se encuentran en Chile, Brasil, España, Francia y Rusia.
Historia de la Chiastolita
El nombre "chiastolita" proviene del griego antiguo kiastos, que significa "marcado con una cruz". En la antigüedad, también se le conocía como "macle", derivado del latín mácula, que significa "mancha".
Descubrimientos arqueológicos en la Península Ibérica sugieren que la chiastolita era conocida desde tiempos prehistóricos. Fue descrita por el naturalista jesuita español José Torrubia en el siglo XVIII.
La chiastolita era popular como amuleto entre los peregrinos que viajaban a Santiago de Compostela. En Chile, la piedra está asociada con mitos mapuches que la consideran el fruto de las lágrimas de una joven transformadas en piedra por la diosa Pachamama.
Beneficios de la Chiastolita
Físicos:
Fortalece huesos y articulaciones, aliviando reumatismo y gota.
Regula secreciones gástricas y alivia la acidez estomacal.
Favorece la recuperación en casos de agotamiento físico y mental.
Estimula la lactancia en madres que amamantan.
Espirituales y emocionales:
Aporta equilibrio y calma excesos emocionales, reduciendo miedos y ansiedad.
Facilita la introspección, estimula la intuición y promueve la apertura espiritual.
Aplicada al Chakra del Corazón, equilibra energías cósmicas y telúricas.
En el Chakra del Tercer Ojo, limpia la mente y mejora las percepciones extrasensoriales.
Cuidado y purificación:
Se recomienda purificar la chiastolita cada tres días debido a su capacidad de absorber energías negativas. Esto se realiza con agua corriente o destilada. Para recargarla, colócala sobre un racimo de cuarzo y exponla a la luz solar o lunar.